Bajo la lluvia,
desenredarle algún poema
a la bruma
llegar a mi banco y
desembozar palabras
que me traje cosidas
entre omóplato y duda.
Nunca estuve en Praga
pero me senté en tantos bancos...
nunca estuve en Venecia
ni conocí góndolas...
Desde mi banco
bajo la lluvia
una barcaza
mansa como el mediodía
se acerca
cruzando la neblina
para quedarse suspendida
en el costillar del agua,
allá donde el sol
me acuna.
Praga, Paris o Pontevedra. ¿Qué más da? Lo fundamental es deshilachar el poema sea bajo la lluvia, sea en el propio páramo de uno mismo, sea en cualquier góndola bajo la bruma. Lo demás poco importa en el entreacto.
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ResponEliminalA mojada plaza
ResponEliminaespejo de sombra
sin otra memiora
qu´aquesta hora
D´ISOLDA EN autom.
de mármol y olvido...
Hilachas de hadas
resucita PRAGA
POR arte de amor...