Acariciamos el Río Café
con una leyenda de la selva
mojándonos los remos:
“Es la historia de Truenomama,
padre de una estrella enamorada
que jugó duro con su yerno
hasta convertirlo en relámpago
y mandó al airco iris
a buscarla, mientras el amante
vendía su alma y madre
a un buitre de alma helada. “
El río fluye, asaltado
por mariposas chillonas
y grillos que exageran.
Cruzamos al Río Negro
y dos bufeos juguetones
nos dan la bienvenida,
árboles de aguaje
con rica fruta en armadura,
peces voraces
de carne exquisita,
monitos que curiosean
desde el amparo
de las alturas.
La canoa de noche
va rastreando caimanes
pero nos traiciona la luna llena,
ofreciéndonos
con una leyenda de la selva
mojándonos los remos:
“Es la historia de Truenomama,
padre de una estrella enamorada
que jugó duro con su yerno
hasta convertirlo en relámpago
y mandó al airco iris
a buscarla, mientras el amante
vendía su alma y madre
a un buitre de alma helada. “
El río fluye, asaltado
por mariposas chillonas
y grillos que exageran.
Cruzamos al Río Negro
y dos bufeos juguetones
nos dan la bienvenida,
árboles de aguaje
con rica fruta en armadura,
peces voraces
de carne exquisita,
monitos que curiosean
desde el amparo
de las alturas.
La canoa de noche
va rastreando caimanes
pero nos traiciona la luna llena,
ofreciéndonos
a cambio
una tortuga
enorme y mansa
desde la espesura
enorme y mansa
desde la espesura
En poesía todo es posible, se pueden mezclar los resabios con la esperanza, mirar a través de la espesura y ver "peces con armadura" o "árboles de carne exquisita". Es indudable que el viaje cansa pero la voz poética sigue "como una tortuga enome y mansa", quizás menos mansa de lo que aduce el poema.
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