Me cayó encima
un planeta
de carita redonda
y ricitos al hollín
para plantarme
noches sin sábanas
y dejarme desnuda
a
golpe
de
pequeñas
tiranías.
Chiquitín,
yo estaré aquí,
tejiéndote almohadas
bajo las rodillas,
viajando en el espacio
que tus ojos miran.