I
Un paracaídas jubilado.
El júbilo bajo la manta.
La manta yace sola,
la raya pace
bajo el agua,
sonríe el paraguas
en la casa extraña
Huele a pipa,
el abuelo está en casa,
en la chimenea crepita la risa
y la bruja se embriaga,
y la bruja se embriaga,
la luna se regodea
tan y tan blanca.
Que se callen ya los grillos,
que el verano es ausencia
que se rompa la escalera
son los peldaños tan altos
es la luna tan bella.
Silenciad a los villanos
que el olvido
sabe a carne yerta,
que despierte el holgazán
que la luna yace muerta.
II
Habla. Di.
Que se llenen las pezuñas
de los galopes que narras.
Chilla, corazón burbuja,
que la sangre es roja
y se llora en todas las casas.
Ni se te ocurra girar la cara,
que la miseria y el deseo
aquí comparten cama,
que las mareas están hartas
de devolverles a la tierra
tanta muñeca mancillada.
No te rías, no.
Es mi madre
la que escarba en la fosa,
es la tuya que lleva rendida
la mirada,
es el perdón que ya no alcanza,
es la muerte, es la muerte
la que cabalga.
es la muerte, es la muerte
la que cabalga.
Saludos y gracias por la invitación
ResponEliminaGracias a ti
EliminaSe ma dan muy bien logrados —o logrado—, amiga. De buen gusto y discurso.
ResponEliminaAbrazo
Gracias por tu visita y tu comentario, un abrazo para ti
EliminaGenial Isolda...¡¡¡Un abrazo!!!
ResponEliminaUn abrazo, Pavel, me alegro de que te guste
EliminaNo sabía del teu blog. Molt be. Bons records del pasat, rialles i llagrimes
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