Un hada repudiada
ronda cabizbaja
por la arena del desierto.
Al pasar, una hilera
de peces-fósil
boquea y ella
les lanza un gesto
sin mirarlos
hasta convertirlos en agua.
El agua se escapa
y a un cactus gigantón
le crecen colores salvajes
entre las arrugas,
por las rodillas
los labios y
el mentón.
El aroma embriaga,
el hada se recoge las alas
empieza a engullirlas
como hojaldres
del verde al rojo
del morado al naranja,
al hada
le sobran las alas,
azul
amarillo
escarlata
ya la bruja
se le va dibujando
en la cara,
el desierto
se convierte
en un ejército
de mariposas
cristalizadas.
Muy bien se me da el poema, amiga. De mucho gusto.
ResponEliminaAbrazos
Muy hermoso este cuento-poema, Isolda, con hadas y colorido, lo comparto muy gustosa en mi perfil. Besos y feliz semana.
ResponEliminagracias por tu constante apoyo, amiga, un fuerte abrazo
EliminaQue buen trabajo, te felicito por este... Gracias a +Argonauta Dalianegra por compartir, es de mi gusto y repito es un grato poema, saludos a la distancia Poeta
ResponEliminagracias, Paco, por tus palabras, y a +Argonauta Dalianegra por su generosidad
EliminaLas palabras tienen magia en tu tinta.
ResponEliminaSaludos
Potentes imágenes ... donde dice "ya la bruja" ¿no debería decir "y a la bruja"?
ResponEliminano...
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