dissabte, 2 de juny del 2012



Mundo Nuevo 



- Juan Ramón Jiménez -




¡Qué los viejos no lo digan!


... Si se murieran los viejos...


Los niños no lo han sabido.


El fantástico sendero

de su memoria aún se pierde

en las auroras del cielo.

¡Oh bondad de un fundo virjen!

¡Reíd niños sin recuerdo

de nada, vuestro, de nada -mío-

nuestro!

¡Que los viejos no lo hagan!

... Si se murieran los viejos...






Irena Sendler


divendres, 1 de juny del 2012

Haikus para no dormir


Envidia mística

Hoy vi a una monja
desdoblarse en otra Sor
y estrangularla

Nada la salvó.
Ni asirle la mano a Dios,
ni soltársela



Perdido en óleo

Absorto en rojo
un pintor futbolista y
cantamañanas



Tarde de vendimia

La verdad es que
andas pisando uvas
imaginarias

Muy a tu pesar
eres jugo y vendimia
y nadita más

Aunque te vistas
de corredor, mi amigo,
te faltan tablas


Canibalismo simbiótico 

Que conste en acta.
Una vez fui maestra
de antropofagia

Y no se olviden.
también era madrastra
y antropófaga



Algodoncito de Satán

No me muerdas más,
renacuajo de algodón.
Mis dedos sangran.

Perrito lindo,
no me arranques más dedos
ni a mordisquitos

Déjame al menos,
de todos, el corazón,
para insultarte


¿Fuiste tú, Algodón?

Rondando el parque,
una acaricia-perros
es devorada


Combi Comic

El chofer hurga
sus oídos y exclama
“trae la mecha, ¡pé!”

Usó la llave
y el carro dio un gritito
que nos conmovió

Caos, bocinas
¡pasajes a la mano!
grita el cobrador

¡Baja con bebe!
el micro se convierte
en paseo en barca


Halloween parade

Este Halloween,
hordas de Blancanieves
retozan libres

Ayer raptaron
a mamás de mentira
a machetazos




Habla la bruja

Los enanitos
persiguen caramelos
y olvidan cantos

Enanos angurrientos,
dejad de tocar
o rodarán cabezas.


Orgasmo fuerza seis

Hacer el amor
en el preciso instante
de un temblor mayor

El cuerpo ascensor
se sacude en la falla
de un grito estertor

La tierra baila.
como estar en lo alto
de un andamio en fa

Nadie en la calle.
Ni los perros aúllan.
Ni sombras largas

Pero ya calla
su rugido, y farsante
se encoge el mar.


Serenazgo, Mon Amour

Róbame un beso
serenazgo mon amour.
Eco de bala.

Vítores de pasamanería

Hombres vestidos
de primera comunión
claman su nombre


Exilio de lápida

Envuelto en alfa,
el Mariscal festeja
trompetas patrias


La venganza es...
que karatekas bailen
errando el compás

Mentira el cuento.
Picaflores Unidos
serán vencidos

Haikus bajo el agua


Haikus en la espesura


El duende silba.

En la oscuridad blanca

el tunche llama.


A ras del agua

galletitas rellenas

de marejada.


Insecto bala

a mi piel un respiro,

balde de agua


Crece la pared.

Centímetros gigantes,

cuerpo de alga.


Extravió el chamán

su ayuno de aceituna y

serpiente blanca.

Relato: Nido de Luna



Yo soy Nido de Luna... o eso me dijo Capitán antes de embarcarse rumbo al abuelo de voz ronca...



"Cuando el niño al que todos empezaron a llamar Capitán nació,  pensaron que era mudo, nada de lo que hicieron consiguió tan siquiera arrancarle un solo sonido de la boca. Pero, como todos sabemos, la Madre Naturaleza es extremadamente sabia y regaló a Capitán tres hermosos ojos color noche revuelta que nunca cerraba.

El chiquillo pasó los primeros años de su vida insomne, intentando leer el mundo para encontrarse un hueco en el mismo. Algunas gentes del pueblo le temían porque se veía distinto a los demás, otros le atribuían poderes mágicos, pero todos afirmaban que debía ser el hijo de una multitud de estrellas rutilantes.

Cuando aprendió a andar y si la noche amanecía clara, encontraban a Capitán vagando entre los altos árboles del bosque cercano, sus tres enormes ojos hacia el cielo y una plácida sonrisa alumbrándole la cara. Era inútil llevarlo de vuelta a la cama, enseguida regresaba a su noche, los brazos en alto tratando de alcanzar las estrellas.

Un día, Capitán se vio crecer, como sucede siempre. Nunca entendió el movimiento constante del tiempo, preso de su rítmica quietud lunera. Aprendió sobre el barro que atrapa el alma en las noches solitarias en que todo parece sucederse de forma idéntica, día tras día; así que, por primera vez en su vida, empezó a llorar.

Sus tres ojos revoltosos lloraron por aquellos que nada sabían de las noches estrelladas, por aquellos que preferían cerrar los ojos e ignorar la belleza de los altos árboles. Lloró y lloró por aquellos que parecían existir carentes de luna, sin el amable amparo de las estrellas. Lloró tanto que acabó con todas las lágrimas tristes, las suyas y todas las demás... hasta que un lago grandísimo floreció hasta congelarse al fin y convertirse en la imagen que siempre imaginó en sus juego de bosque, junto a los altos árboles y sus amigas las estrellas. 

En ese instante, todos en el pueblo se desperezaron, el eco de una nueva risa llegó cruzando las fronteras del frío, y Capitán supo que debía emprender un largo viaje a través de las aguas poderosas para encontrar su voz a través del eco de esa risa nueva... y así es como Capitán se convirtió en Capitán de los bosques, Capitán de los cielos y Capitán de los mares."



Frío multiplicado por tres


Últimamente se suceden los inviernos. Y ni siquiera van disfrazados de manto blanco, chimenea ociosa o árboles en sepultura...

Este invierno
es invierno tres veces,


y es un invierno que nace
 de las costuras
de un colchón desvencijado,
un invierno que, pese al tiempo,
se instala como aquél amigo
que perdura,


un invierno contra-natura
surcado de ausencias, mediocre
y vago,

con televisores multiplicando
catástrofes de trapo.


Un invierno erre que erre,
tan aburrido 
de su propio desencanto
que ni recuerda colgarle nubes
a su cielo de amianto.


Y sigo.


Es un invierno 
de resaca cabezona,
de sala de espera sin revistas,
de picor incontrolable,
de manta que no abriga,
de libro con las hojas apelmazadas.


Un invierno de ahínco,
degolla-primaveras


basto y rudo