Cae
la
sonata
el retumbar en los tejados
el marengo quejumbroso
del violín,
la frase inacabada.
Cae
la
sonata
el blanco roto
del ave desplumada,
la ventana hecha polvo
la pupila dilatada.
Cae
la
sonata
la hueca campana
donde habita el guijarro,
la nube de cuarzo
el eco en la pizarra.
Cae
la
sonata
la crisálida respira
amarrada a los huesos,
el polvo del aire lleva
buenas noches muy lindo gracias
ResponEliminaUna sonata perfecta, Isolda. Un abrazo.
ResponEliminaDelicioso.
ResponEliminaQué preciosidad!,
ResponEliminaUn beso grande...y feliz domingo
Felicidades, porque has tejido realmente bello este sentimiento. Salud y Literatura!
ResponEliminaCae la sonata, y anuncia un final ya anunciado.
ResponEliminaQue bella sonata ha caido Isolda!
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